A flor de piel , las pecas .
Estrellas oscuras sobre el universo pálido
clara piel bañada por chispas de chocolate ,
clara piel bañada por chispas de chocolate ,
todas diminutas. que se adivinan
agradables al tacto,
como sí nunca las hubieran acariciado.
Como las
hojas de aquel libro,
guardado en distante repisa ,
en espera de ser
leído .
Pacientemente ,
sin la prisa del niño por tomar su juguete ,
ni
la premura de enamorados que entregan su alma en un único beso.
Efélides dispersas , entre las montañas y valles de tu pecho;
Efélides dispersas , entre las montañas y valles de tu pecho;
cual ovejas traviesas, escapando del pastor.
Perdidas , veloces , para descansar en tu espalda
y ofrecerse al sol, señor y amo de tu cuerpo.
Cándidas estrellas , oscuras. que adornan tú piel para regocijo de ellas.
Felices todas, por saberte bella.